lunes, 30 de marzo de 2009

Random

Esta entrada es parte de una cadena que un colega me hizo llegar. No incluí instrucciones de reproducción, porque no quiero que sea más una cadena. Las ideas que vertí en estos 25 puntos me parecieron interesantes en varios sentidos y lo comparto.

1. Algunos sospechan que planeo conquistar el mundo. Es completamente cierto.

2. Me dejo la barba, el bigote y el cabello largo más por holgazán que por imagen, aunque ya con los años, comienza a gustarme... A las mujeres no les gusta, pero me hace sentir primitivo, y eso es bueno. Con todo, sí hay motivos o razones detrás: un elogio, una broma y una manda, respectivamente.

3. Cuatro de cada diez personas presupone que me drogo sólo por cómo me veo; cuatro de cada cien me saluda sin conocerme sólo porque piensa que tengo ese 'algo' en común con ellos.

4. Algunos creen que incurrí en el abandono de mí desde hace veinte meses, es más justo decir que pasó hace ochenta meses. Es sólo que entonces no lo había hecho conciente.

5. La cerveza me gustó, el vino me enamoró mientras que el vodka me salvó la vida.

6. Aborrezco mucho de lo que está implicado en la industria cinematográfica, aprovecharé cuantos medios tenga a mi alcance para destruirla mientras viva. El origen de mi aversión viene de los múltiples chascos que me he llevado desembolsando en el cine lo que para mí es mucho dinero. Estoy en contra de que este arte sea comercializado (contra el capitalismo), especialmente en el ramo del entretenimiento. (Todavía estoy buscando una alternativa económica al capital.)

7. No he aprendido a apreciar el placer de la gastronomía. Comer es una de esas actividades en las que no me eduqué para valorar, y aunque entiendo su potencial, generalmente no soy conciente que como, que lo necesito o que lo disfruto. En realidad, pocas veces tengo antojo de determinado sabor, incluso de alguna clase de alimento. Lo que hago para seleccionar qué cereal desayunaré, por ejemplo, es ver cuál caduca primero, y ese tomo.

8. El pensamiento, según mi creencia, consiste fundamentalmente en planteamientos de posibilidades, siendo las más relevantes en la práctica aquellas que proyectan el presente y que tienen que ver por lo tanto con lo que pasará.

9. Tomo más café que agua simple. Un día de estos los riñones me lo reclamarán, y yo dejaré el café, aunque sé que sería más bello dejar en esas circunstancias el agua. Sí, comprendo a los fumadores, lo que hacen es bello.

10. Creo que el pensamiento lateral siempre ha existido, es sólo que no se lo había visto, por eso su puerta no es la principal, por eso es "lateral".

11. Algunas de las actitudes que parece que a veces tomo y que en realidad no deseo tomar son la del intelectual, la del político y la del poeta. Una de las actitudes que parece que a veces tomo y que en realidad no alcanzo a tomar es la de ser imbécil.

12. Todo el tiempo estudio a la masa humana y muchas veces trato a mis semejantes como ganado. Las personas que estudio y que se sienten agredidas por cómo me relaciono con ellas normalmente no entienden que no me siento moralmente superior a ellas al estudiarlas, creen que me creo un científico del s. XIX (los pobres no suelen saber cómo son los científicos de la actualidad), pero no, con todo y que me digo que pienso y que soy crítico, asumo perfectamente que soy parte de las masas.

13. Tengo más vida interior y narrativa que exterior y técnico práctica; padezco un síndrome platonicoide que me hace perder la atención en las cosas que puedo transformar con mis manos y demás herramientas-cosas.

14. Soy un fiel seguidor de algunos filósofos españoles de principios del s. XX, que decían las mismas cosas que otros contemporáneos, sólo que en lengua castellana. Creo que la poesía es un tipo de razón, que pensar en biografías es más conveniente que en historias y que las preguntas por el sentido no se responden sin razón pero tampoco sin el cuerpo del momento, que en toda valoración hay una apelación indefectible a lo vital.

15. Como mi mente es muy débil, me dejo llevar por el ritmo o la melodía del momento, así que pienso a la velocidad de lo que escucho.

16. Digo cosas muy locas, según interpreto los gestos de los que me oyen, pero no se equivoquen, no es que juegue a ser un loco, sino que soy un loco.

17. Puedo narrar mi vida al menos desde tres puntos de vista: desde el punto de vista de los hechos, desde el punto de vista de mis preguntas y desde el punto de vista de mis amores.

18. Uno de mis problemas centrales es la selección (discriminación) de mundos posibles. Busco desde hace años los criterios que me indiquen qué vale y qué no vale la pena. Tomarse un café puede ser más ilustrador que leer a Jean-Paul Sartre; no sé por qué es más afín a mi destino hacer la tarea que ver una película; por qué es preferible ir a la escuela que masturbarse; cómo sale más provecho de escuchar a Amadeus Mozart que de jugar a las cartas o a un juego de video.

19. Ya tengo un fatum, es sólo que las cosas del mundo no están claramente ligadas a él, luego, tanto puedo hacerlas como no hacerlas.

20. De pronto, como mero dato gracioso, pensé que podría tener un pene pequeño comparativamente hablando. Lo cual me recuerda a cierto test del sexo que hice, en donde el resultado de mi pulsión sexual indicaba, palabras más, palabras menos, que era tan alto como estar medio muerto.

21. Respecto a lo anterior, sentí una gran insatisfacción, así que comencé a pensar en el sexo y pronto descubrí que mi nueva psicosis estaba poniendo en riesgo a otras personas. Puedo ser medianamente casto, ¿pero falto de ética? Sólo en medio de un malentendido.

22. Los niños según pienso no son distintos de las células, llegan al mundo para renovar la sangre y las ideas, pero requieren espacios que sólo pueden ser liberados con la muerte tanto de sangre como de ideas. Cuando se busca tener niños sin tener muertes, tenemos como resultado un exceso. Esto es lo que pasa en la actualidad, que los niños son como el cáncer. Por supuesto que no es su culpa, pero esto no quita que, debido a nuestros deseos de ver menos muerte (porque no queremos menos ego), comiencen a ser los niños extirpados, como tumores que son.

23. Creo que los hombres entendidos debe contemplar, a fin de que sus ideas sean transmitidas y renovadas, la proporción de personas futuras, es decir, el número de nacimientos dados en determinadas circunstancias, algunas son más culturalistas que otras. La gentecita de hoy llegará a ser adulta y luchará por afirmar su voluntad, sea o no una voluntad "descerebrada". Si aquellos hombres entendidos desean un mundo más instruido, pues deberían ponerse a producir niños de su especie, en lugar de disfrutar de su singular existencia, ya sea desde sus valores liberales, nihilistas o de verdugos. Si van a dejar que sus hijos estén en una peor situación de proporcionalidad para imponer su voluntad, sólo una brutalidad en sus futuros hijos que los lleve a masacrar a la otra especie favorecida por la cantidad y la fuerza mas no por la inteligencia, podrá salvarlos de hombres suicidas (que son por cierto, poco entendidos).

24. Pensar en mí siempre me lleva a pensar en los otros. Un ejemplo sutil: las mujeres y los demás no hombres humanos son como la muerte; es justo pensarlas y pensarlos a nuestro lado, con las debidas adaptaciones a su diferencia en nuestras formas.

25. Un ejemplo más claro: pensar, creer, desear, ordenar, sitematizar, y otras figuras mentales, son todas acciones. Las acciones son temporales. Y todas las acciones temporales son también materiales. Esos hombres que piensan, que tienen una duración distinta en el mundo, existen, devienen, son un riesgo, son uno más en el mundo. Tienen un acceso semejante al de uno a las armas, a los contactos poderosos, a la conspiración, al engaño. Todo hombre puede ser antropófago, todo hombre puede ser cruel, destruir ideas, sofocar una intención existencial. Pero pese a todo, puede ser un amigo, alguien que cargue a uno en tiempos difíciles, alguien que consiga lo que uno no puede o no pudo. Un amigo sorprende, trae buenas noticias, quiere y enseña cosas de él, otorga hilos para que se lo manipule, mas confía. ¿Qué es lo que hacemos a nuestro semejante? ¿Qué es lo que le haremos? ¿Acaso nos olvidamos que al igual que nosotros, no tienen ni idea de lo que él es?
Un nuevo giro al blog: Zeyrus

Hoy comienzo a reestructurar la imagen de este blog. No borro las entradas pasadas, pero tampoco seguiré su intención. Ya no tendré escritos selectos dedicados a personas específicas, sino que escribiré casi cualquier cosa que me venga en gana. Mi motivo es simple. La figura de Zeyrus Kuilg ha sido alterada. Comento brevemente sobre Zeyrus. Se trata, primero, de un nombre, pero no es un nombre cualquiera. Básicamente, lo que tiene de especial es que no existe. Lo creé en mi pubertad, cuando tenía la magnífica idea de inventar mi propio lenguaje. Nunca llegué a terminar el lenguaje que estaba elaborando, pero recuerdo la intención, en su pureza espontánea. Me sentía capaz de construir nuevos mundos desde nuevas palabras y nuevos conceptos. Fracasé por varias razones, la mayoría las desconozco, pero creo que la ignorancia de mi propia lengua era una razón importante con la que no pude lidiar solo, que era mi exclusivo modo de pensar en ese entonces.

La voz "zeyrus" la formulé pensando en sonidos que casi no tuviera el castellano, desde luego, no tuve mucha imaginación. He llegado a ver, con los años, a otros zeyruses, el primero que vi fue una escritura equivocada o trastocada del dios griego Céfiro, Zéphyros. Para los despistados que no lo conocen, pueden ver una descripción de una representación suya renacentista aquí o allá, o simplemente googlear y buscar en lo que más se les antoje de quién se trata, la Wikipedia no está mal en esa entrada. Al segundo zeyrus -que más propio es llamarlo ZeYrUs- lo encontré por casualidad en un foro cometiendo una inatinencia, le medio busqué y me enteré que hasta página tiene en el hi5. Me tentó la idea de acosarlo y le mandé un correo tratando de amedrentarlo... no respondió, quizá porque no es estúpido. Al tercero lo conocí buscando razones que acrecentaran el tamaño de mi ego en cierta ocasión que me encontraba desmoralizado. A ese lo vi como nombre de usuario en el Facebook. Cuando supe de éste, en vez de ponerme en contacto con él, nada más me dio mucha risa.

Además de su forma gráfica y fónica, "zeyrus" poseía en aquel lenguaje incompleto un contenido semántico que correspondía a los términos odio, aborrecimiento o rabia en la lengua castellana. Trataba de expresar con "zeyrus" uno de los principios de la realidad, el principio de la disociación, de la descomposición, del conflicto, del mal. La palabra me gustó, y comencé a identificarme con ella, la preferí a otras palabras que formaban, en el marco de este nuevo lenguaje, conceptos especiales y privados. Imagino que en mi adolescencia temprana sentía agresión de parte de todo el exterior, con o sin razón, y por eso creía que me identificaba sobre todo con el "zeyrus" y no con el principio de realidad opuesto, el "emels", vocablo que me designaba el principio de la concordia, la comunicación, el entendimiento y el amor.

Con el tiempo, fui abandonando la empresa de construir mi lenguaje privado y fui olvidando el vocabulario. Mi frustración al ser incapaz de crear sentidos nuevos terminó por destruir varios de mis "textos constitutivos", quería borrar la idea de otro mundo en mi vida, sin importar cuan mejor pudiera ser, sabía que era imposible actualizarlo, llevar esa lengua al uso en los demás. Sentí enojo por mi finitud, rencor por la soledad que yo mismo me propicié. El odio era parte de mi reflexión cotidiana, y fue así como sobrevivió en mí al menos el nombre de Zeyrus, ese y otro más, "Kuilg", del que hablaré luego.